El modelo expresivo crístico, en relación a la metáfora de la Torre de Babel, se puede interpretar como una respuesta a la división y la fragmentación que la Torre de Babel representa. Cristo, con su mensaje de amor, perdón y reconciliación, ofrece una visión de unidad y comunidad que trasciende las barreras lingüísticas y culturales.
En términos de sistemas dimensionales de la expresión, el modelo expresivo crístico se puede ubicar en el nivel más alto de expresión, el de la trascendencia. Cristo no solo se expresa a través de su palabra y sus acciones, sino también a través de su mismo ser. Su presencia es fuente de inspiración y esperanza para todos, independientemente de su origen o condición.
A continuación, se presentan algunas reflexiones específicas sobre la relación entre el modelo expresivo crístico y la metáfora de la Torre de Babel:
Cristo es el agente de la reconciliación. La Torre de Babel representa la división y la fragmentación del mundo. Cristo, por el contrario, es el agente de la reconciliación. Su muerte y resurrección derriban las barreras que nos separan y nos unen en una nueva comunidad.
Cristo es el lenguaje de la unidad. La Torre de Babel se construyó para alcanzar el cielo y desafiar a Dios. Cristo, por el contrario, es el lenguaje de la unidad. Su mensaje de amor y perdón nos une a todos en una sola familia, la familia de Dios.
Cristo es la esperanza de la humanidad. La Torre de Babel representa el fracaso humano. Cristo, por el contrario, es la esperanza de la humanidad. Su presencia nos da la certeza de que un día todos estaremos unidos en la paz y la armonía.
En conclusión, el modelo expresivo crístico es una respuesta al desafío de la Torre de Babel. Cristo ofrece una visión de unidad y comunidad que trasciende las barreras lingüísticas y culturales. Su presencia es fuente de inspiración y esperanza para todos, independientemente de su origen o condición.#L0v3_d3s1gn
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